sábado, 14 de mayo de 2011

La Barbie

Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, el narcotraficante a quien el Gobierno acusa de ser uno de los pistoleros más sanguinarios en el país, tiene la piel tan delicada que ni siquiera puede utilizar ropa nueva. Estar detenido le significó renunciar por unos días a sus cuidados: dejó de usar cremas humectantes. En su presentación y durante los posteriores interrogatorios que difundió la Policía Federal, era evidente su urgencia por rascarse los brazos, la cabeza y la cara mientras luchaba contra las esposas que, como brazaletes, portaba en sus muñecas.

Tras haber ingresado en el Centro de Mando, el estadounidense pidió ropa. Tenía varios días con su camiseta verde. Los federales que lo resguardaban en su celda no entendían por qué, a pesar de la febril comezón, Valdez Villarreal se negaba a tomar un baño. Se imaginaron que era una persona sucia o que extrañaba su jacuzzi, y que no se conformaría con usar una regadera común. Estaban equivocados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario